Conoce a Doña Leonor

Doña Leonor de Guzmán nace en Sevilla en 1311, aunque sus orígenes familiares provienen de dos linajes castellano-leoneses, los Guzmán y los Ponce de León, afincados en Sevilla.

En una primera visita del rey, Alfonso XI, a la ciudad, entre los que acuden a recibir y homenajear al rey, se encuentra doña Leonor y su marido don Juan de Velasco (noble sevillano); allí Alfonso XI se fija por primera vez en la dama, sin pasar a mayores.

Por necesidades militares el rey vuelve a Sevilla, permaneciendo en ella durante una larga estancia en la cual viene a su memoria el recuerdo de la bella y noble sevillana doña Leonor, ya viuda, a la que había visto en su primer viaje. Pide información acerca de ella y de su posición social, decidiendo al instante empezar a cortejarla; sin embargo, fue rechazado con sutileza por doña Leonor hasta que, pasado algún tiempo y después de algún que otro desdén por parte de la noble dama, ésta accede a mantener una relación amorosa con él, que durará hasta la muerte de Alfonso XI,  en el sitio de Gibraltar, en el año 1350.

Una vez que sus relaciones, podemos decir, fueron estables, doña Leonor comenzó a actuar con el fin de conseguir poder. Lo primero que hizo fue ganarse la voluntad de Alfonso, ya que desde el principio sus amores no fueron muy bien vistos por la alta nobleza y reyes vecinos de Castilla y León, entre ellos, su enemigo declarado, el infante don Juan Manuel. Contrariando la voluntad de los nobles, doña Leonor no abandona al rey en ningún momento, siguiéndolo allá donde fuese, de tal manera que la mayor parte de su vida se desarrolló en continuo desplazamiento por Castilla y León.

Un segundo paso, a medida que le iba dando hijos al rey, fue obtener patrimonio, el mayor posible, para ella y para sus hijos, logrando que su amante, Alfonso, le concediese varios señoríos tanto en Castilla y León como en Andalucía, entre los cuales destaca el de Alcalá de Guadaíra, que doña Leonor deseaba especialmente y donde pasa grandes temporadas en su castillo, formando una pequeña corte en el señorío alcalareño.

Una vez obtenido un gran patrimonio y mercedes para ella y sus hijos, se rodea de una camarilla de deudos y de algunos pocos miembros de la nobleza y del alto clero, actuando en ocasiones como si fuera la reina.

Su mayor logro, lo que nos demuestra una gran visión política, fue casar a su hijo Enrique con Juana, hija de don Juan Manuel, pasando así a legitimar lo que posteriormente iba a ser una dinastía real.

Dejamos para el final su desgraciada muerte (1351), pues tras el fallecimiento de Alfonso, se ve despreciada por todos. Es el momento de la venganza de la reina, doña María, y del legítimo heredero, Pedro I, a los que no se les había tenido en cuenta, manteniéndolos en el ostracismo, mientras duraron las relaciones de doña Leonor con el rey.

Tomaron cumplida venganza, mandándola detener y ejecutar a garrote vil en Talavera, estando presentes la propia reina María y su hijo Pedro I.

Como colofón, diremos que esta mujer, sutil, inteligente, hábil, prudente y enamorada, logró lo que se propuso: poder, tierras, vasallos, señoríos para ella y sus hijos e incluso, aunque no logró verlo, que su hijo Enrique llegara a ser rey legitimado de Castilla y León.